domingo, 8 de febrero de 2009

El retorno de la pintura






Los artistas plantean un regreso en términos históricos, como un regreso a los estilos muertos, retornan a las herramientas tradicionales del oficio del pintor, así como a las formas de significación perceptual de la representación mimética, material y cognitivamente primitivas;  lo nuevo en esta etapa es el regreso al pasado, recuperar los signos estéticos del pasado, lo cual no significa un desarrollo en términos artísticos, pero si plantea la restauración del estilo y con ello la idea  del sujeto individual.

Dentro de los pintores que plantean este retorno a la pintura son los nacidos en la posguerra en donde destacan George Baselitz, Anselm Kiefer, Markus Lüpertz, A.R. Penck, Jörg Immendorff.

Estos pintores procedentes en su mayoría de la República Democrática Alemana, retoman las maneras expresionistas como símbolo de libertad formal que testimonia la relación del artista con la realidad y con la historia. Los contenidos de sus obras se mueven en el trauma de la ciudad dividida, entre la angustia y el temor, así como la búsqueda de esa anciada libertad que les permita olvidar y restaurar la tragedia.

Al contrario de los alemanes, los italianos retoman la pintura como medio de producción, sus diferencias historicas con Alemania son bastantes, lo cual es notorio en la producción de sus imágenes y en las finalidades que tienen entre sí los pintores de cada país. Sin embargo esta propuesta de regresar y retomar la pintura como disciplina surge en un mismo periodo de la historia empatándose así con los alemanes.

Es Achille Bonito Oliva quien funda el grupo italiano de la transvanguardia, donde los artistas que integraban el grupo desafiaban con sus obras la estética momentánea, en específico la de la abstracción pura; pues el arte de la tranvanguardia se convierte en un arte de la representación que busca restituir mediante sus obras la fantasía, el mundo individual de los sentimientos, lo inconsciente, lo íntimo, etc. 

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